El valor de una fotografía no se mide por la herramienta que utilicemos sino por el mensaje que transmitamos. Dicho de otro modo, los fotógrafos comunican sentimientos e imágenes, no venden cámaras (que para eso ya están las marcas de turno). En este ecosistema el smartphone ha llegado para quedarse como una herramienta más, no para quitarle el puesto al resto. No es la cámara perfecta, pero captura imágenes, y ese es el fin de todo fotógrafo. Rodrigo Rivas acaba de publicar "La fotografía móvil" (Anaya Photo Club), un libro dirigido a quienes buscan sacarle el máximo provecho fotográfico a su smartphone. Estos son los consejos que nos da para ello.
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Conoce lo que tienes en las manos
Todo el mundo tiende a opinar sobre todo. Las cámaras de los smartphones no se libran de ello, y la pobre calidad que siempre se les achaca suele venir precedida de un mal uso o un pobre conocimiento de la herramienta. Es cierto que las cámaras de los móviles tienen limitaciones, pero también tienen sus virtudes. Además, hay ciertos conceptos que pasan inadvertidos cuando disparamos con ellos, muy al contrario de lo que sucede con una cámara al uso. Así, hay que saber qué cobertura tiene nuestro objetivo, el valor de ISO en el que empieza a flaquear, el enfoque… Es un consejo muy genérico, sí, pero también muy útil.
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Sujétalo correctamente
Foto: Rodrigo Rivas
En muchísimas de las clases que imparto, cuando pido a la gente que sujete el móvil para sacar fotos me doy cuenta de que la mayoría no se percata de lo que está haciendo ni es consciente de por qué lo hace. Coger el móvil con las yemas de los dedos y no prestar atención al movimiento que podemos hacer al tocar la pantalla (la trepidación, por ejemplo) son factores que pueden hacer perder calidad a la toma.
Si nos esforzamos a la hora de sujetar bien la cámara, ¿por qué no lo hacemos igual con el smartphone? De ahí que resulte esencial saber coger bien el móvil, usar carcasas o fundas para facilitar el agarre o buscar una buena dinámica de disparo. La nitidez y el incremento de calidad en la toma se notan si nos ponemos manos a la obra con estos pequeños detalles.
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Presta atención a la composición
Foto: Rodrigo Rivas
Si hay un elemento que hará que una fotografía funcione o nos cuente algo, ese es sin duda la composición. En fotografía con smartphone hay que seguir teniendo presentes todas y cada una de las posibles normas de composición y las situaciones en las que debemos usarlas correctamente. De hecho cada vez prestamos menos atención a estos puntos cuando hacemos fotografías con el móvil, y lo cierto es que con reglas muy sencillas de composición como las de simplificación, de los tercios o de los pesos visuales -entre otras- podemos conseguir que nuestras fotografías presenten un aspecto muy diferente al de una simple foto de registro.
El uso de las líneas a modo de guías que aparecen en pantalla es una buena forma de entender la composición y ayudarnos a comenzar a dominarla.
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Cambia el punto de vista
Foto: Rodrigo Rivas
El cambio de perspectiva con un smartphone en las manos es esencial. Cuando fotografían con uno, la gente tiende a disparar a la altura de nuestros ojos. Esto hace que las imágenes parezcan de primeras menos llamativas y carezcan de una tercera dimensión debido a la gran profundidad de campo que ofrecen los móviles, que tienen un sensor muy pequeño y usan objetivos angulares.
Al bajar o subir el punto de vista conseguiremos crear puntos de fuga y un peso visual en objetos cercanos y lejanos que nos ayudarán a dar forma a esa tercera dimensión que no podemos obtener de forma sencilla. Tomaremos fotografías menos comunes, y con muchos condicionamientos con los que asociar la narrativa a la técnica.
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El uso de accesorios
Foto: Rodrigo Rivas
Aunque muchos no les dan la importancia que merecen, la fotografía con smartphone cuenta con un universo de accesorios que nos permiten mejorar enormemente cierto tipo de tomas, tanto en la parte creativa como en la de calidad de imagen.
El uso de trípodes -como los Gorillapods- nos da la opción de obtener tomas con puntos de vista diferentes y fotografiar con velocidades de obturación lentas. Algo muy recomendable si tenemos en cuenta que los sensores son muy pequeños y en seguida cuando se sube el ISO se genera mucho ruido. Ejemplos como las estelas de luz (light trails) están entre las posibilidades más creativas del uso de los trípodes. También las lentes de conversión, las carcasas subacuáticas o los disparadores remotos pueden ayudarnos a conseguir fotos diferentes.
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La compensación de la exposición, un gran aliado
Foto: Rodrigo Rivas
La compensación de la exposición es un recurso muy útil. Más aún cuando nuestra cámara –en este caso al del móvil- tiene un diafragma fijo. El hecho de poder afinar la exposición por medio de la compensación de la exposición es en este caso un plus.
Muchas apps ofrecen además la posibilidad de mostrarnos el histograma en directo, algo que nos ayudará más si cabe a distinguir entre una foto bien expuesta o una que nosotros simplemente veamos bien en nuestra pantalla. Debemos recordar que las pantallas nunca marcan una exposición correcta, ya que la variación de brillo influye mucho en nuestra forma de visualizar la escena. La pantalla es nuestro único visor, y por ello nos podemos ver engañados si no prestamos atención a herramientas como el histograma.
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Elige bien el archivo de disparo
Foto: Rodrigo Rivas
Todos los smartphones disparan en JPEG, pero algunos también lo hacen en RAW e incluso en TIFF. Según qué fin vayan a tener nuestras tomas habrá que prestar atención al formato de archivo en el que disparemos.
Ya sabemos que el JPEG es un archivo comprimido –con las consecuencias que ello tiene en la calidad de imagen- pero que a cambio ocupa poco. Es el formato ideal para esas fotografías de nuestro día a día sin pretensiones de verse más que en redes sociales o pantallas. Sin embargo, si pretendemos imprimir esa foto, el JPEG puede que no sea lo más apropiado, sobre todo si editamos el archivo a posteriori.
Existen muchas aplicaciones que nos permiten elegir tanto el formato de archivo como el de imagen, incidiendo en ambos casos en la calidad final. Si disponemos de un sensor de 20 megapíxeles pero con un formato de 16:9, cuando realicemos una toma en formato 1:1 o cuadrada estaremos recortando píxeles. O lo que es lo mismo, rebajando esos 20 millones de puntos.
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Presta atención a las apps
Foto: Rodrigo Rivas
Aunque las aplicaciones no son el primero de los puntos en los que hay que detenerse a la hora de sacar fotos con un smartphone (hay que desterrar ese mito), debemos saber manejarlas correctamente para llegar a tener un estilo propio o personal.
Las aplicaciones nos ayudan a conseguir, más que mejores resultados en nuestras fotos, a que nos diferenciemos del resto. Sobre todo en el caso de las de edición. Conocer la aplicación y sus posibilidades es esencial para obtener buenos resultados o aquellos resultados que mejor se adecuen a lo que buscamos. No toda aplicación se ajustará a nuestras necesidades del mismo modo que no existe una aplicación perfecta para todos.
Así que hay que buscar una app que aúne todo lo que necesitemos para evitarnos el tener que recurrir a otras. Mucho cuidado con comprar aplicaciones sin meditarlo antes: al final acabas con veinte que hacen cosas muy parecidas, dejándote un buen dinero por el camino.
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Aprende a entender la luz
Foto: Rodrigo Rivas
La luz en fotografía -como indica la propia palabra- es un factor esencial. Nos ayuda a narrar y a contar una historia, pudiendo incluso convertirse en protagonista de toda una escena. Aprender a medir bien la luz, conocer su comportamiento y finalmente ser conscientes de las limitaciones que tendremos con nuestro smartphone nos ayudará a exprimirlo al 100%. Es cierto que tenemos entre manos una herramienta que se comporta peor que cualquier cámara réflex del mercado cuando la iluminación es insuficiente, pero la creatividad nos puede salvar si conocemos el comportamiento de la luz.
Debemos aprender a diferenciar los conceptos de alumbrar e Iluminar, que son muy parecidos pero guardan una enorme diferencia entre sí cuando pretendemos obtener imágenes con ciertas cualidades más narrativas.
El primero consiste en encender luces o iluminar sin ningún criterio narrativo, mientras que con el segundo se intenta lograr que la luz cuente una historia por sí sola, dando vida a la fotografía. Importante apreciación, pues muchos asocian mejor equipo con mejor iluminación, cuando este es un factor exógeno que hay que saber comprender y dominar independientemente de la cámara que se use.
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Usa el tamaño a tu favor
Foto: Rodrigo Rivas
Disponer de una cámara pequeña que todo el mundo usa es clave para no espantar al personal desenfundando grandes artilugios fotográficos. El smartphone nos ayuda a acercarnos a muchas personas para fotografiarlas sin que se sientan invadidas ni asustadas. Todo el mundo tiene uno, y su uso no es estrictamente fotográfico. Esto ayuda a que la gente se haga más participe de la escena mientras evitamos mostrar nuestro lado de fotógrafos. Cuando pensemos en todo lo positivo que nos ofrece, será cuando comencemos a abrir la mente y sacarle más partido.
Rodrigo Rivas es fotógrafo free lance y técnico digital. En 2011 incorporó la fotografía móvil a su trabajo profesional. Su dedicación a la docencia le ha llevado a compartir sus conocimientos sobre la actualidad de la tecnología móvil en medios de comunicación, workshops, seminarios, conferencias y exposiciones, tanto en España como en Estados Unidos.
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