Radio Albayzín

viernes, 27 de marzo de 2015

Introducción a la ecualización




Introducción a la ecualización

 Creo que alguna vez todos nos hemos preguntado ¿qué es el EQ y cómo lo podemos aplicar?
Todos los sonidos son producidos por una combinación de ondas sonoras de diferentes frecuencias que desplazan el aire alrededor de nosotros. A la hora de grabar podemos medir cómo de fidedigna es la reproducción de las ondas sonoras comprendidas en ese sonido a través de la respuesta de frecuencia. 
La respuesta de frecuencia es el rango de frecuencias que un dispositivo puede reproducir o grabar dentro de los límites de volumen especificados.
Utilizando la respuesta de frecuencia se puede medir la calidad de un dispositivo. 
Lo que se conoce como una respuesta plana es lo que por lo general consideramos ideal. También solemos buscar que la grabación sea lo más limpia posible, sin ninguna distorsión, pero frecuentemente buscamos cierta distorsión y una frecuencia de respuesta modificada; aquí es donde aparece el procesamiento de audio. Este procesamiento es la manipulación realizada por el hombre que puede ser necesaria o intencional por una variedad de razones. El procesamiento puede hacer que el sonido parezca más real y lleno de vida, o más complejo y artificial.

Pongamos un ejemplo: si estuviéramos en una playa a unos 30 o 40 metros de distancia de donde rompen las olas, el sonido que estas producen nos llegaría apagado, debido a que la playa que nos separa de las olas funciona como un filtro. Si caminamos hacia el agua a la vez que reducimos la distancia gradualmente, notaremos que el sonido no solo cambia en volumen, sino también en tonalidad, siendo cada vez más agudo. Pues bien; la ecualización, también conocida como EQ (por su abreviación de sus siglas en ingles), es el procesamiento creado por el hombre para reproducir este fenómeno natural.
La ecualización comenzó junto con el nacimiento de las telecomunicaciones como una solución para compensar la pérdida de calidad cuando se utilizaban cables extremadamente largos. A través de los años las telecomunicaciones —y, en consecuencia, la radiodifusión— desarrollaron múltiples ecualizadores para paliar este problema. Por ejemplo, el legendario ecualizador Pultec, nacido en los años 50 —que permaneció en producción, con algunas modificaciones, hasta los años 70— es uno de más emulados a día de hoy en forma de plugins.

El clásico Pultec EQP-1 era un dispositivo pasivo —en otras palabras, no tenía alimentación de corriente—. Sin embargo, el más utilizado EQP-1A contaba con un amplificador para compensar la pérdida de inserción causada por el circuito de filtro pasivo; por lo tanto, era considerado un dispositivo activo.
El EQ es una serie de controles de tono que afectan diferentes frecuencias de sonido. En el sentido más básico, son los controles de agudos, medios y bajos que podemos encontrar en casi todo —desde una guitarra hasta la radio de un automóvil—. En un automóvil son necesarios para compensar o ecualizar el ambiente en el cual escuchamos nuestra música, y no difiere tanto cuando aplicamos esto a la hora de grabar. 
La ecualización te permite compensar deficiencias en el sonido original. Por ejemplo, una guitarra acústica que retumba mucho, un hi-hat o charles con un sonido muy “grueso”, o una caja que suena sin cuerpo. El EQ es el ajuste de diferentes frecuencias acústicas que por lo general se indican y miden en herzios, que representan la cantidad de veces que una frecuencia de sonido ocurre por segundo.
El herzio (hertz, o Hz) es una unidad de frecuencia de onda. 20 Hz equivalen a 20 ciclos por segundo, y 20 kHz equivalen a 20 mil ciclos por segundo. Las frecuencias de sonido bajas que tienen una longitud de onda larga tienen un ciclo entre 50 y 100 veces por segundo, mientras que las frecuencias de sonido más altas que podemos escuchar tienen una frecuencia de hasta 20 mil veces por segundo. Los humanos (los jóvenes por lo menos) pueden escuchar aproximadamente desde 20hz hasta 16Khz. Lamentablemente, a medida que envejecemos nuestra capacidad para percibir frecuencias altas disminuye, aunque es posible que podamos percibir o sentir frecuencias en los registros más altos.

De manera natural ciertas frecuencias son aumentadas o filtradas, ya sea debido a la reflexión acústica (por ejemplo en una iglesia) o alguna obstrucción física (algo tan simple como una puerta o una pared). A continuación veremos cómo lidiar con estos fenómenos naturales cuando nos encontramos en un estudio.
Todos los dispositivos de EQ emplean algún tipo de selector de frecuencia y filtrado. En la imagen podemos ver un ecualizador grafico, llamado así porque al aumentar o cortar ciertas frecuencias nos permite visualizar la gráfica de los cambios en la respuesta de frecuencia.
En la siguiente imagen podemos ver un ecualizador donde la gráfica muestra una respuesta de frecuencia completamente plana, sin cambio alguno.
La línea horizontal representa la frecuencia y la vertical representa el nivel de sonido. Si aumento el nivel de las frecuencias que se encuentran en 2kHz la curva cambiará para mostrar que el nivel en esa zona aumenta y se hace más fuerte. A esto se le conoce como una curva de campana. Lo mismo sucede si lo aplico a 200Hz de manera negativa. Esto reducirá las frecuencias en ese área.
Con los ajustes correspondientes uno puede construir la respuesta de frecuencia que sea necesaria.
Los ecualizadores también pueden producir lo que se conoce como curva plana —o shelf curveen inglés—. Esto quiere decir que todas las frecuencias por encima o por debajo de la frecuencia seleccionada son aumentadas o atenuadas.
Como podéis ver, hemos aumentado todas las frecuencias a partir de 4kHz.
Existe otro tipo de ecualización conocido como filtros. Por ejemplo, con un filtro cortamos todas las frecuencias por debajo de 100Hz para deshacernos de ruidos de baja frecuencia. Una clara aplicación sería eliminar un “pop” en un micrófono de voz. Para hacer esto es necesario aplicar un filtro pasa altos.
Por otro lado, un filtro pasa bajos filtra sonidos por encima de una cierta frecuencia y puede ser utilizado para deshacerse del "hiss" proveniente de un amplificador de guitarra. ¡Seleccionar la frecuencia adecuada es crucial!
La mayoría de los ecualizadores gráficos te permiten localizar una frecuencia central cada tercio de una octava, o en otras palabras, entre tres o cuatro notas en una escala cromática. Gracias a esta información podemos identificar precisamente la frecuencia o tono musical que queremos ajustar. El hacer ajustes dramáticos en un ecualizador gráfico puede tener resultados poco agradables en el sonido final; lo que podemos aprender es que es mejor utilizar el ecualizador sutilmente y con moderación, ya que potenciar o cortar una frecuencia en exceso tiende a hacer que las cosas suenen de forma poco natural.
En los años 70 uno de los pioneros en el mundo de la ingeniería de audio moderna, George Massenburg, contribuyó en el desarrollo de lo que hoy conocemos como el ecualizador paramétrico. En lugar de trabajar con frecuencias fijas o estáticas, un ecualizador paramétrico nos permite localizar una frecuencia con precisión utilizando la perilla de frecuencia. Otra perilla nos permite ajustar la nitidez y el enfoque —en otras palabras, cuántas frecuencias vecinas queremos incluir en nuestro procesamiento—. A esto se le conoce como el ancho de banda o el control “Q”.
Un ajuste muy bajo, representado gráficamente como un lazo amplio nos da una amplia gama de control alrededor de la frecuencia deseada. Un ajuste más alto nos da una gama más estrecha y nítida alrededor de la frecuencia que hemos fijado. Al acto de eliminar una franja muy estrecha de frecuencias se le conoce como filtro supresor de banda ó filtro trampa, mejor conocido en inglés como notch filter.
Una vez que hemos determinado el rango de frecuencias que deseamos ajustar, podemos aumentar o cortar la señal. La mayoría de los DAWs modernos cuentan con un buen ecualizador paramétrico.


Artículo publicado en www.hispasonic.com

sábado, 14 de marzo de 2015

SHOWS DE MÚSICA ELECTRÓNICA VISUALMENTE IMPACTANTES.


SHOWS DE MÚSICA ELECTRÓNICA VISUALMENTE IMPACTANTES.

En los últimos años el componente visual de los shows de muchos DJs y artistas de música electrónica se ha vuelto algo totalmente imprescindible. Ya no se trata de unos buenos cañones de luces bien acompasados con la música; ahora estos espectáculos van acompañados de elementos tales como grandes pantallas móviles hechas a medida, pantallas transparentes que generan efectos tridimensionales, proyecciones mapeadas sobre escenografías geométricas gigantes, hologramas… casi todo lo visual vale para empaquetar unos shows que muy probablemente se quedarían cojos sin todo ese brillante papel de regalo.
Hoy os ofrecemos una pequeña selección de algunos de esos shows en los que lo visual ha pasado a ocupar un papel primordial. Esperamos que os guste.

Excision y Destroid

El canadiense Jeff Abel emplea el alias artístico de Excision para su trabajo como productor y DJ de dubstep y bass music en general. En 2008 lanzó su primer single, y desde entonces no ha parado de lanzar trabajos en formato single, EP e incluso dos LPs completos en 2011, y recientemente —hace unas semanas— “X-Rated” y “Codename X”.
Actualmente, los shows de Excision son principalmente una sesión de DJ acompañada de una elevada carga visual aportada por “The Executioner”, una enorme estructura geométrica blanca en la que se ubica la cabina del DJ y sobre la que se proyectan espectaculares imágenes desarrolladas por encargo a Fluxelmedia. La estructura tiene además paneles motorizados que se desplazan para desplegar lasers y cañones de CO2. Excision hace su gira montando su propia PA de 150.000wdiseñada por PK Sound. Veamos la estructura por dentro y por fuera:
La empresa que ha desarrollado los visuales muestra algunas de las animaciones completas en alta definición, las puedes ver aquí. Si observamos el interior de la cabina, podemos ver una pareja de reproductores CDJ-2000, un mixer Pioneer, dos ordenadores con Serato Video y un par de controladores F1. Es de suponer que con los CDJ controla Serato mediante HID, y en Serato se reproducen los temas con el vídeo montado sobre ellos, que es proyectado sobre la gran estructura. 
Mención aparte merece otro espectáculo en el que toma parte Excision, y es en el de Destroid, un “supergrupo” de dubstep formado por los productores y DJs Downlink y Excision junto al batería KJ Sawka, miembro de Pendulum. El espectáculo visual de Destroid está en su vestuario, armaduras futuristas con iluminación integrada que recuerdan a los trajes de combate de los “yautjas” de las películas Predator.
Destroid
Downlink y Excision emplean para estos directos controladores hechos a medida con un aspecto similar al de una guitarra, mientras que KJ Sawka queda a los mandos de una batería tradicional y de los ordenadores con Ableton Live, con los que se controla todo el montaje. Lo cierto es que aunque el espectáculo de Destroid es bastante impactante —especialmente para los amantes del EDM ,a los que les vuelven locos las cosas con muchas lucecitas—, es realmente difícil saber cuanto de lo que suena está secuenciado por Live y cuanto es en directo. Veamos un poco del directo de que lleva a cabo Destroid:

Flying Lotus

Steven Ellison es el californiano detrás del nombre artístico Flying Lotus. A lo largo de su carrera ha lanzado cuatro discos en los que explora la fusión de la electrónica experimental con el jazz y los sonidos étnicos, el hip hop instrumental, el IDM… Su estilo es bastante único y no deja para nada indiferente. Aunque anteriormente ha llegado a realizar directos acompañado de una banda completa de músicos, actualmente realiza en solitario el directo de la gira de su último disco “You’re dead”, acompañado únicamente por un ordenador con Ableton Live y un controlador Akai MPD32, que viene siendo el equipo de directo de Flying Lotus desde hace bastante –en algún show saca una APC40 también de Akai–.
El aliciente visual de su show se llama Layer³. Es un sistema de pantallas colocado frente al artista, y están dispuestas de forma que el espectador tiene la sensación de estar frente a un teseracto o hipercubo —que algún experto en matemáticas me corrija si he dicho una burrada—. Sobre esas pantallas se proyectan visuales desarrolladas por Strangeloop y Timeboy. Además de las animaciones que crean, también se encargan de seleccionar y preparar animaciones para el show, como las que se incluyen de Scott Pagano y Beeple, así como de animar material de ilustradores como Shintaro Kago.
Strangeloop y Timeboy son los responsables también en directo de disparar en tiempo real todas las animaciones al ritmo de la música. Aseguran que nada está preparado y que los buenos resultados son fruto de los ensayos y la compenetración con Flying Lotus.
Flying Lotus aparece en la parte central del teseracto como una silueta que forma parte de los visuales, y para destacar un poco más su imagen, utiliza unas gafas tipo Ray Ban Aviator con iluminación LED —imagino que no verá nada cuando se encienden los leds, igual que Bob Rifo cuando usa la máscara iluminada de Bloody Beetroots—.
Veamos un poco del espectáculo de Flying Lotus:

Plastikman

Richie Hawtin es un veterano del techno y el minimalismo electrónico que sabe desenvolverse como DJ en las noches de desenfreno de Ibiza con sus fiestas temáticas, como también en complejos y sofisticados directos de electrónica bajo el seudónimo de Plastikman. Precisamente bajo ese alias presentó Objekt, un espectáculo audiovisual que hasta el momento sólo se ha podido presenciar en directo en dos ocasiones, y ambas en lugares bastante selectos: el museo Guggenheim de New York en noviembre de 2014 y la edición 21 del festival Sónar de Barcelona en junio de 2014.
Plastikman Objekt
El show es un directo de música electrónica realizado principalmente con Live y controladores Push de Ableton y K2 de Allen&Heath. La estrella visual del show es un gigantesco obelisco de leds en donde aparecen visualizaciones abstractas que reaccionan de formas diversas a la música que Hawtin dispara desde su setup gracias a la interconexión que hay entre música y vídeo gracias al software Derivative. En el diseño del show participó Ali Demirel, arquitecto y artista visual que lleva ya unos cuantos años trabajando el aspecto visual de los shows de Hawtin, y también su hermano Matthew Hawtin, artista visual y DJ de música ambient.
Por el momento no se han anunciado más actuaciones del show Objekt. Si no has podido acudir a los dos eventos tan selectos en donde se presentó, aquí os dejo primero un vídeo de la preparación del primer show para New York, que incluye algunas imágenes del directo:
Y unos pocos segundos que conseguí filmar en la recta final del show de Barcelona —conseguí colocarme justo detrás de Hawtin y sacarle en el mismo plano con el obelisco—:
ver video:
  www.youtube.com/watch?v=HJYGo8tu0ns 

El audio del espectáculo realizado en New York fue grabado al completo y comercializado en formato de larga duración —en formato físico y digital— bajo el nombre “EX”.

Audion

Terminamos hablando un poco de Audion, el lado más techno y oscuro de Matthew Dear —con esa cara de bueno cómo podrá tener lado oscuro—, que en su última gira se ha reinventado un poco. Tras sacar “Audion X” en 2013, un álbum que reunía sus mejores temas durante los últimos 10 años, se embarcó en una gira en la que defendía en directo dicho material.
Su show podría definirse como un show de techno en directo, controlado por Ableton Live y empleando como hardware unidades de efectos Eventide, un interfaz de audio RME Fireface, un mixer Xone:92 y un sampler Elektron Octatrack. Para la vertiente visual, Dear no ha tirado por lo fácil. El diseño de su cabina, bautizada como Subverticul, fue realizado por Vita Motus —nada menos que el equipo de gente que estuvo detrás de “ISAM”, el revolucionario, mastodóntico e intrincado espectáculo de directo del disco del mismo nombre con el que Amon Tobin recorrió el mundo dejando bocas abiertas—.
Subverticul es un espacio diseñado en material reflectante blanco y diseñado a partir de una especie de celosía creada mediante el uso de la letra A tal y como aparece en el logotipo de Audion. Además, incluye dos “alas” laterales del mismo material. Sobre toda esta estructura de Subverticul se proyectan imágenes que reaccionan según varía la música, además de emplearse una iluminación propia instalada en la estructura.
El resultado es fabuloso, aunque a diferencia de otros shows del mismo tipo, es preferible para lugares de tamaño mediano; en grandes recintos pierde mucho, ya que la instalación no es excesivamente grande. A continuación os dejo con el trailer promocional del show de Audion, donde se puede ver bastante bien el concepto visual del setup:
Ver video:
  https://www.youtube.com/watch?v=2mDzb8lzCdo

Artículo publicado en www.hispasonic.com
http://www.hispasonic.com/reportajes/shows-electronica-visualmente-impactantes/40265

jueves, 12 de marzo de 2015

Lluc Queral, fotógrafo. "A veces las historias las tienes a menos de 150 metros de donde vives".

LLUC QUERALT, FOTÓGRAFO

"A veces las historias las tienes a menos de 150 metros de donde vives"



Cuando no pinta, Lluc Queralt hace fotos en un pulcro e hipnotizador blanco y negro. Fotos que recuerdan las obras de clásicos de otra época pese a que son atemporales incluso antes de gestarse. Y es que este joven fotógrafo tarraconense -del que nos habló muy bien el actor y respetado coleccionista Gabino Diego- es de los que caminan cientos de kilómetros para conseguir una única toma o simplemente cruzan la calle cuando la historia que quieren contar está allí. 
Tienes treinta y tantos, pero tus fotografías desprenden un aire clásico que recuerda a los grandes maestros. ¿Has vivido otras vidas antes y tienes el triple de experiencia que el resto de mortales?
Empecé muy joven en esto de la fotografía, en el año 94. Al principio hacía fotos típicas de viaje, con los amigos, etcétera. Me gustaba retratar la adolescencia. Un buen día me regalaron una Canon AE-1 y allí empezó mi relación con los diafragmas y el sistema réflex.
Queralt, cuyo trabajo puede verse estos días en el festival FineArt y a finales de junio en el festival de fotografía química Revela-T. | Foto: Lluc Queralt
Muchos de tus trabajos son en blanco y negro.
He disparado mucho en color. Suelo trabajar con una Voigtländer y una Leica M9, y desde hace unos cinco años me he interesado más por la tecnología digital, por lo práctico y rápido que es trabajar con ella. Pero he estado muchos años revelando en el laboratorio de mi casa. Me he acoplado a los nuevos tiempos, pero conservo la pasión por lo analógico. También pinto. De hecho me gano la vida pintando cuadros.
En realidad tus fotos revelan ciertas aptitudes pictóricas y de otras disciplinas artísticas.
Es que me considero un clásico en la posmodernidad. Veo mi fotografía como contemporánea porque está en un tiempo contemporáneo, y yo intento temporizar las imágenes cuando disparo. Me gusta ir un poco atrás, capturar la esencia antigua y buscar el toque poético. Busco aquello que me atrae y quiero hacer ver a la gente el camino que me gusta seguir.


¿Es eso lo que buscas con la fotografía? ¿Que te sirva de medio para contar las historias que te conmueven?
Con la fotografía lo que busco es complementar los trabajos que voy haciendo. Mis proyectos son largos, y me gusta tanto la parte humana como el paisaje. He trabajado en muchas temáticas distintas. Hace poco realicé una serie sobre unas monjas de clausura. La fotografía sirve para enriquecerme y ver lo que voy a seguir haciendo en los próximos años. Tengo varios proyectos en los que he estado trabajando pero que todavía no se han hecho públicos.
Tus proyectos se han pensado y meditado antes. No son fruto de la improvisación ni de ningún arrebato.
Sí, son proyectos complejos y pensados. Como el de los menonitas. Son series que no sé si retomaré o no. No siempre sé hacia dónde quiero ir, aunque también me estoy dando cuenta de que hay muchas temáticas en todas partes. El trabajo que hice de las monjas de clausura lo hice en un convento que está al lado de mi casa.


¿Vienen a buscarte las buenas historias o tienes que ir a buscarlas al otro lado del mundo?
De algún modo llegan por ellas solas.
Pero tú has viajado mucho.
Pues sí, la verdad. Muchos piensan que debo tener unos 60 años por los sitios que he visitado y los trabajos que he hecho. Pero no hace falta viajar tanto ni tan lejos para encontrar buenas historias. A veces las historias las tienes a menos de 150 metros de donde vives y simplemente es la historia que viene a ti. También hice un trabajo en un circo que no requirió grandes desplazamientos. Las fotos mostraban el antes o el después de la función, y las hice detrás del circo.
Tengo muchos frentes abiertos en distintas temáticas fotográficas. También estoy en fotografía de autor y no puedo hacerlo público todo al mismo tiempo. También me interesa mucho la mezcla entre fotografía y pintura y la temática de autores. Estoy haciendo una especie de recorrido entre pintores contemporáneos, y los fotografío para un proyecto mayor que muestre los artistas que hay en Cataluña.


También visitas a menudo Islandia. ¿Qué se te ha perdido allí?
La pintura, exposiciones, trabajo. Son proyectos que también tienen muy presente la imagen de la calle.
¿Hay buenas y malas historias o buenas y malas maneras de contar una misma historia?
Siempre hay dos maneras, según el punto de vista que tengas. El fotógrafo tiene mucho poder mediático y puede enfocar una misma temática de un modo muy crítico, por ejemplo, o puede ser más objetivo. Yo intento darle un punto crítico a mis trabajos, pero me gusta que mis fotos tengan un toque más poético. Me gusta mostrar las cosas como son.


Entonces, ¿el mensaje que lanzas con tus fotos está claro o dejas que el espectador ponga de su parte también?
Me gusta que el espectador participe. Cada uno interpreta las cosas a su manera con una misma imagen. Intento dejar cosas en el aire pero ser al mismo tiempo explícito en ciertos aspectos.
¿Es realmente posible ser objetivo con una cámara en las manos?
Creo que sí, sin duda. Puedes enfocar y disparar de mil maneras distintas a mil y una cosas y objetos distintos.
¿Y ganarse la vida fotografiando historias como las que haces tú? ¿Es eso posible?
Es muy difícil. Para mí es más una necesidad ahora mismo que una fuente de ingresos.


Y el futuro de la fotografía documental, ¿dónde está? ¿Dónde veremos proyectos como los tuyos más allá de en la propia página web del autor o en algún festival?
Una posibilidad es el mercado de las galerías, pero es muy complicado. Cuesta muchísimo vivir hoy en día de la fotografía. Hay gente muy buena trabajando en distintos mercados y no pueden ganarse la vida con aquello en lo que son buenos, tienen que realizar otras tareas. En este país las cosas son muy complicadas. En otros lugares se valora mucho más este tipo de trabajos.
Ahora mismo hay fotoperiodistas buenísimos que van por libre y están haciendo un trabajo excelente, pero tienen que buscarse la vida y lo que hacen no se paga como se debería pagar. Gente como Samuel Aranda están haciendo unos trabajos muy buenos. Yo admiro a muchos fotógrafos de estilos muy distintos y que tienen mucho valor.
¿Qué foto clásica te gustaría que fuera tuya?
Hay infinidad de fotógrafos que me gustan, pero más que la imagen, lo que me hubiera gustado es vivir el momento en que se hizo la foto, estar allí en aquel preciso instante. Además de hacer la foto lo que a mí me gusta es vivir el momento justo anterior a hacer la foto. Hay una foto en mi trabajo de los menonitas que me llevó dos días poder conseguirla. Caminé 200 kilómetros para estar en el lugar y el momento adecuados para tomarla.


Se te habrán escapado algunas buenas fotos entonces.
Sin duda. Yo solía fijarme en autores como Eugene Smith, y sus trabajos me parecían brutales. Por eso intento volver atrás, temporalizar las fotos. Pero hay que tocar primero con los pies en el suelo, mirar, observar y dejarte influenciar sin copiar a otros. Hay que buscar tu propio camino.
Yo siempre trabajo mucho intentando encajar todos los elementos de una imagen. Me gusta trabajar con las líneas, las perspectivas, etcétera. Tiene que haber un equilibrio, que el peso esté bien repartido. Es todo intencionado.
Tus imágenes transmiten una gran paz composicional.
Sí, intento repartir bien el espacio y que todo respire bien. Reparto los elementos por toda la imagen.
También te gusta jugar con los reflejos.
También. Tengo una serie en la que llevo trabajando desde el 98 y en la que fotografío reflejos y sombras. Me inspiró una foto que vi en Estados Unidos hace mucho tiempo, y siempre la he centrado en el mundo urbano. Son imágenes que, según la climatología, pueden ser muy pictóricas y cambiar muchísimo. También el movimiento del agua en la que habita el reflejo es vital. Tengo muchas de estas capturas.


Divides tus trabajos en series documentales y en tránsito. ¿Y esa diferencia?
Los trabajos documentales son series puntuales. Las imágenes que considero que están en tránsito son trabajos más abiertos a los que puedo volver. También tengo proyectos personales que son más artísticos.

Artículo publicado en www.quesabesde.com