Radio Albayzín

jueves, 12 de marzo de 2015

Lluc Queral, fotógrafo. "A veces las historias las tienes a menos de 150 metros de donde vives".

LLUC QUERALT, FOTÓGRAFO

"A veces las historias las tienes a menos de 150 metros de donde vives"



Cuando no pinta, Lluc Queralt hace fotos en un pulcro e hipnotizador blanco y negro. Fotos que recuerdan las obras de clásicos de otra época pese a que son atemporales incluso antes de gestarse. Y es que este joven fotógrafo tarraconense -del que nos habló muy bien el actor y respetado coleccionista Gabino Diego- es de los que caminan cientos de kilómetros para conseguir una única toma o simplemente cruzan la calle cuando la historia que quieren contar está allí. 
Tienes treinta y tantos, pero tus fotografías desprenden un aire clásico que recuerda a los grandes maestros. ¿Has vivido otras vidas antes y tienes el triple de experiencia que el resto de mortales?
Empecé muy joven en esto de la fotografía, en el año 94. Al principio hacía fotos típicas de viaje, con los amigos, etcétera. Me gustaba retratar la adolescencia. Un buen día me regalaron una Canon AE-1 y allí empezó mi relación con los diafragmas y el sistema réflex.
Queralt, cuyo trabajo puede verse estos días en el festival FineArt y a finales de junio en el festival de fotografía química Revela-T. | Foto: Lluc Queralt
Muchos de tus trabajos son en blanco y negro.
He disparado mucho en color. Suelo trabajar con una Voigtländer y una Leica M9, y desde hace unos cinco años me he interesado más por la tecnología digital, por lo práctico y rápido que es trabajar con ella. Pero he estado muchos años revelando en el laboratorio de mi casa. Me he acoplado a los nuevos tiempos, pero conservo la pasión por lo analógico. También pinto. De hecho me gano la vida pintando cuadros.
En realidad tus fotos revelan ciertas aptitudes pictóricas y de otras disciplinas artísticas.
Es que me considero un clásico en la posmodernidad. Veo mi fotografía como contemporánea porque está en un tiempo contemporáneo, y yo intento temporizar las imágenes cuando disparo. Me gusta ir un poco atrás, capturar la esencia antigua y buscar el toque poético. Busco aquello que me atrae y quiero hacer ver a la gente el camino que me gusta seguir.


¿Es eso lo que buscas con la fotografía? ¿Que te sirva de medio para contar las historias que te conmueven?
Con la fotografía lo que busco es complementar los trabajos que voy haciendo. Mis proyectos son largos, y me gusta tanto la parte humana como el paisaje. He trabajado en muchas temáticas distintas. Hace poco realicé una serie sobre unas monjas de clausura. La fotografía sirve para enriquecerme y ver lo que voy a seguir haciendo en los próximos años. Tengo varios proyectos en los que he estado trabajando pero que todavía no se han hecho públicos.
Tus proyectos se han pensado y meditado antes. No son fruto de la improvisación ni de ningún arrebato.
Sí, son proyectos complejos y pensados. Como el de los menonitas. Son series que no sé si retomaré o no. No siempre sé hacia dónde quiero ir, aunque también me estoy dando cuenta de que hay muchas temáticas en todas partes. El trabajo que hice de las monjas de clausura lo hice en un convento que está al lado de mi casa.


¿Vienen a buscarte las buenas historias o tienes que ir a buscarlas al otro lado del mundo?
De algún modo llegan por ellas solas.
Pero tú has viajado mucho.
Pues sí, la verdad. Muchos piensan que debo tener unos 60 años por los sitios que he visitado y los trabajos que he hecho. Pero no hace falta viajar tanto ni tan lejos para encontrar buenas historias. A veces las historias las tienes a menos de 150 metros de donde vives y simplemente es la historia que viene a ti. También hice un trabajo en un circo que no requirió grandes desplazamientos. Las fotos mostraban el antes o el después de la función, y las hice detrás del circo.
Tengo muchos frentes abiertos en distintas temáticas fotográficas. También estoy en fotografía de autor y no puedo hacerlo público todo al mismo tiempo. También me interesa mucho la mezcla entre fotografía y pintura y la temática de autores. Estoy haciendo una especie de recorrido entre pintores contemporáneos, y los fotografío para un proyecto mayor que muestre los artistas que hay en Cataluña.


También visitas a menudo Islandia. ¿Qué se te ha perdido allí?
La pintura, exposiciones, trabajo. Son proyectos que también tienen muy presente la imagen de la calle.
¿Hay buenas y malas historias o buenas y malas maneras de contar una misma historia?
Siempre hay dos maneras, según el punto de vista que tengas. El fotógrafo tiene mucho poder mediático y puede enfocar una misma temática de un modo muy crítico, por ejemplo, o puede ser más objetivo. Yo intento darle un punto crítico a mis trabajos, pero me gusta que mis fotos tengan un toque más poético. Me gusta mostrar las cosas como son.


Entonces, ¿el mensaje que lanzas con tus fotos está claro o dejas que el espectador ponga de su parte también?
Me gusta que el espectador participe. Cada uno interpreta las cosas a su manera con una misma imagen. Intento dejar cosas en el aire pero ser al mismo tiempo explícito en ciertos aspectos.
¿Es realmente posible ser objetivo con una cámara en las manos?
Creo que sí, sin duda. Puedes enfocar y disparar de mil maneras distintas a mil y una cosas y objetos distintos.
¿Y ganarse la vida fotografiando historias como las que haces tú? ¿Es eso posible?
Es muy difícil. Para mí es más una necesidad ahora mismo que una fuente de ingresos.


Y el futuro de la fotografía documental, ¿dónde está? ¿Dónde veremos proyectos como los tuyos más allá de en la propia página web del autor o en algún festival?
Una posibilidad es el mercado de las galerías, pero es muy complicado. Cuesta muchísimo vivir hoy en día de la fotografía. Hay gente muy buena trabajando en distintos mercados y no pueden ganarse la vida con aquello en lo que son buenos, tienen que realizar otras tareas. En este país las cosas son muy complicadas. En otros lugares se valora mucho más este tipo de trabajos.
Ahora mismo hay fotoperiodistas buenísimos que van por libre y están haciendo un trabajo excelente, pero tienen que buscarse la vida y lo que hacen no se paga como se debería pagar. Gente como Samuel Aranda están haciendo unos trabajos muy buenos. Yo admiro a muchos fotógrafos de estilos muy distintos y que tienen mucho valor.
¿Qué foto clásica te gustaría que fuera tuya?
Hay infinidad de fotógrafos que me gustan, pero más que la imagen, lo que me hubiera gustado es vivir el momento en que se hizo la foto, estar allí en aquel preciso instante. Además de hacer la foto lo que a mí me gusta es vivir el momento justo anterior a hacer la foto. Hay una foto en mi trabajo de los menonitas que me llevó dos días poder conseguirla. Caminé 200 kilómetros para estar en el lugar y el momento adecuados para tomarla.


Se te habrán escapado algunas buenas fotos entonces.
Sin duda. Yo solía fijarme en autores como Eugene Smith, y sus trabajos me parecían brutales. Por eso intento volver atrás, temporalizar las fotos. Pero hay que tocar primero con los pies en el suelo, mirar, observar y dejarte influenciar sin copiar a otros. Hay que buscar tu propio camino.
Yo siempre trabajo mucho intentando encajar todos los elementos de una imagen. Me gusta trabajar con las líneas, las perspectivas, etcétera. Tiene que haber un equilibrio, que el peso esté bien repartido. Es todo intencionado.
Tus imágenes transmiten una gran paz composicional.
Sí, intento repartir bien el espacio y que todo respire bien. Reparto los elementos por toda la imagen.
También te gusta jugar con los reflejos.
También. Tengo una serie en la que llevo trabajando desde el 98 y en la que fotografío reflejos y sombras. Me inspiró una foto que vi en Estados Unidos hace mucho tiempo, y siempre la he centrado en el mundo urbano. Son imágenes que, según la climatología, pueden ser muy pictóricas y cambiar muchísimo. También el movimiento del agua en la que habita el reflejo es vital. Tengo muchas de estas capturas.


Divides tus trabajos en series documentales y en tránsito. ¿Y esa diferencia?
Los trabajos documentales son series puntuales. Las imágenes que considero que están en tránsito son trabajos más abiertos a los que puedo volver. También tengo proyectos personales que son más artísticos.

Artículo publicado en www.quesabesde.com

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