Radio Albayzín

martes, 9 de septiembre de 2014

Entrevista al fotoperiodista Mingo Venero, finalista del Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña


Entrevista al fotoperiodista Mingo Venero, finalista del Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña.


Desde que la fotografía irrumpió por casualidad en su vida, Mingo Venero ha dirigido su trayectoria hacia trabajos documentales de marcada denuncia social. Como "Silenciosa espera", finalista en la pasada edición del Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña, que versa sobre la problemática de la migración subsahariana. 
En 2003 descubriste tu pasión por la fotografía.
Fue el fotógrafo cántabro Manuel Alcalde quien -como él dice- me metió en el cuerpo el veneno de la fotografía. Sucedió entre febrero y marzo del 2003. Descubrí la fotografía por casualidad: mi novia de por aquel entonces quería aprender fotografía y nos apuntamos los dos al curso.
mingo venero
Mingo Venero visto por Marcelo Aurelio. | Foto: Marcel Aurelio
¿Qué es lo que te llamó la atención de este mundo y por qué decidiste a coger una cámara para documentar lo que sucedía a tu alrededor?
Al principio todo me pareció alucinante: entender todo el proceso fotográfico y toda la teoría, empezar a ver fotos increíbles desde los clásicos hasta ahora… Pero lo que más me fascinó fue el cuarto oscuro, la ampliadora, los químicos, preparar las diluciones, ver surgir la imagen en la bandeja de revelado… Después entendí que la fotografía es un lenguaje, con sus múltiples posibilidades, y empecé a encontrar la manera de contar las cosas que yo quería contar y cómo las quería contar. Ésta fue la clave para saber que quería dedicarme a esto.
¿Es la fotografía un trabajo o una pasión? ¿O son dos conceptos que van estrechamente ligados?
Encontrar algo que realmente te apasione no es fácil. Si además puedes ganarte la vida con ello, te puedes sentir un privilegiado. Por lo general la mayoría de fotógrafos que conozco -y me incluyo también- se puede decir que sobrevivimos económicamente. Pero también es cierto que muchos no cambiaríamos por una mayor estabilidad económica las satisfacciones, experiencias, personas conocidas y por conocer, etcétera, que nos ha ido regalando y nos regalará la fotografía.
¿Para qué sirve la fotografía?
Depende de para quién y del uso que se le quiera dar. Puede servir desde para pasar el rato hasta para ganarse el pan. Algunos la utilizan hasta como terapia personal. La fotografía es un lenguaje, es comunicación. La fotografía es muy amplia, tiene muchos cometidos.
Foto: Mingo Venero
Fotografías de la serie "Silenciosa espera". | Foto: Mingo Venero
¿Y la fotografía documental?
La fotografía documental sirve para hacer partícipe al espectador de lo que ocurre, de lo que te llama la atención, y siempre de una manera personal. Mostrar, comunicar y dejar un documento de ello. Ya sea un paisaje, una ciudad, un lugar, un evento social, una guerra… La fotografía documental también sirve para posicionarse en el mundo y en lo que en él ocurre. Si nos referimos a la fotografía documental que denuncia cualquier situación, acto o historia, el cometido también es despertar conciencias.
¿En qué campo te sientes más cómodo y te desenvuelves mejor? ¿Fotografía documental? ¿Fotoperiodismo? ¿Una mezcla de ambos?
Soy fotógrafo; hay que partir de eso. Efectivamente, soy fotógrafo documental, y mis dos vertientes son el reportaje y la fotografía urbana. Me siento cómodo cuando simplemente fotografío lo que pasa. Bueno, lo que veo que pasa.
Pero últimamente estás más centrado en la fotografía documental que en la urbana.
Bueno, en realidad no es así exactamente. Es cierto que últimamente estoy mostrando trabajos documentales que he ido desarrollando tiempo atrás. En cuanto a la foto de calle nunca me he centrado en ella; es decir, no salgo a hacer fotos por la calle, sino que siempre llevo la cámara encima en mi día a día, con mis amigos, cuando viajo... Así que si veo algo que me llama la atención, hago fotos.
Foto: Mingo Venero
Fotografías de la serie "Silenciosa espera". | Foto: Mingo Venero
¿Es la fotografía el medio más poderoso para hacer reportajes de denuncia?
Depende de dónde se muestren. En prensa escrita, en papel, seguro que un reportaje con imágenes tendrá más impacto que sin ellas. En otras plataformas como Internet, exposiciones, etcétera, creo que compaginar la fotografía con el vídeo puede ayudarte a contar partes de la historia que únicamente con la fotografía no se pueden explicar del todo. El poder que puede tener la imagen es algo que todos conocemos. Hay fotografías ahora icónicas que en su momento tuvieron el poder de cambiar algunas cosas.
¿Sigue conservando la fotografía el poder de impactar, sorprender y cambiar el mundo?
De impactar y sorprender, seguro. Lo de cambiar el mundo lo veo más complicado. Llegar a remover las conciencias de los que pueden cambiar las cosas puede pasar, pero aun así creo que poco iban a querer cambiar las cosas los que han querido que las cosas sean como son. Lo que no podemos dejar de hacer es mostrar lo que ocurre en el mundo.
¿Se cuentan mejores historias en blanco y negro que en color?
No, ni mejor ni peor. Son lenguajes diferentes, nada más que eso.
Foto: Mingo Venero
Fotografías de la serie "Silenciosa espera". | Foto: Mingo Venero
Eres uno de los cofundadores del colectivo Calle 35. ¿A qué os dedicáis?
Somos un colectivo de fotografía urbana y nuestra principal finalidad es divulgar esta fotografía. Lo que pretendimos al formar el colectivo es que Calle 35 fuera un punto de unión para los apasionados de la foto de calle en España porque no había ese lugar. En cuanto a las actividades que realizamos, regularmente estamos impartiendo talleres, realizando exposiciones y tenemos actividad semanal en el blog.
Este año fuiste uno de los finalistas del Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña con el proyecto “Silenciosa espera”, que a su vez fue galardonado con el premio REVELA.
He tenido la suerte de ser finalista del Valtueña, y este premio dio mucha más visibilidad a la problemática de la que trato en mi proyecto. El premio REVELA es un ejemplo de lo que debiera ser un premio en el que se trata un tema social, ya que el premio de este concurso se destina íntegro a la asociación que desarrolla la ayuda a la comunidad o a personas retratadas en el reportaje fotográfico. En mi caso participé con Médicos del Mundo (Bélgica) y han recibido 25.000 euros para su proyecto en Marruecos en ayuda médica a los migrantes subsaharianos.
“Silenciosa espera” es el tercer capítulo del proyecto “Errantes por un sueño”, que vengo realizando desde hace varios años. El proyecto trata sobre la migración subsahariana a Europa, y en este capítulo muestro la estancia de los migrantes en Marruecos.
Las condiciones en las que viven estas personas en Marruecos son muy duras: sufren agresiones policiales, robos, violaciones… y no se hace casi nada por cambiar las cosas. Las alianzas de los gobiernos hacen que se pasen por alto las continuas violaciones de los derechos humanos que allí ocurren. Es muy triste que se permita que ocurran estas cosas.
Foto: Mingo Venero
Pareces desenvolverte con mucha soltura en el mundo de la fotografía de calle ostreet photography. ¿Están los teléfonos móviles destinados a convertirse en la mejor herramienta en este tipo de tareas o todavía queda sitio para un buen 35 milímetros pegado a una telemétrica?
Antes de nada, un inciso: he de decir que no me gusta el concepto street photography. Sé que es un anglicismo que en estos momentos está de moda, pero prefiero decir fotografía urbana. Respondiendo a la pregunta, las cámaras que se utilicen son el mero instrumento para fotografiar.
Los móviles están siendo utilizados por todo el mundo y la verdad es que se ven fotos magníficas realizadas con ellos. Sin embargo no creo se vayan a convertir en la mejor opción. Serán una más, y entre estas opciones siempre habrá para elegir un cuerpo con un objetivo.
¿En qué estás trabajando ahora mismo?
De trabajo personal continúo con el proyecto “Errantes por un sueño”, y por otra parte siempre voy con la cámara encima, así que voy añadiendo fotos de calle al archivo. Mi amigo David Salcedo me dice que tengo que parar un poco y revisar archivo, así que ése debería ser mi siguiente trabajo.
Junto con David estamos montando una historia que se va a llamar "Territorios Libres" y de la que pronto tendréis noticias. Con Calle 35 estamos trabajando en la edición de una colección de libros de autor, y en estos momentos estoy trabajando en la selección y edición de la misma.
Foto: Mingo Venero
Foto: Mingo Venero
¿Qué foto clásica te gustaría que llevara tu firma?
¿Solo una? Hay muchas fotos que me encantan de los clásicos; es difícil elegir una. Pero si tengo que elegir alguna foto, seguramente sería de Koudelka o de Doisneau. Sin embargo, creo que hacer una buena foto puede ser relativamente sencillo. Todos tenemos alguna foto buena. Así que en vez de elegir una foto quizá buscaría un trabajo o algún proyecto, y en este caso los trabajos de Koudelka me interesan mucho.
¿Existe la foto perfecta?
Si hablamos en términos de composición, seguramente todas las fotos se podrían mejorar en parte, pero para mí no es primordial el aspecto compositivo. Si una foto no me llega emocionalmente, no me vale que la composición sea perfecta. Será una muy buena foto, pero sin alma. Para decir si existe esa foto perfecta habría que saber para quién o para qué esa foto es perfecta.
¿Qué convierte a una buena foto en una foto excelente?
Precisamente lo que comentaba anteriormente: una foto se puede convertir en excelente por lo que te pueda llegar a generar. Para mí eso es importantísimo: conseguir transmitir emociones, sentimientos… Por otra parte, también se puede considerar excelente una foto cuando congela un instante único, irrepetible e increíble, por ejemplo. Pero estamos hablando de opiniones y gustos, y lo que para mí puede ser una foto excelente puede que para otro sea una buena foto sin más.
Foto: Mingo Venero
Foto: Mingo Venero
¿Cómo ves las polémicas que suele levantar el uso de Photoshop en la fotografía? ¿Debería haber restricciones?
El Photoshop es una herramienta más. Tú pones los límites. No creo que tenga que haber restricciones mientras se sea honesto o no se manipule cuando no sea ético o profesional hacerlo, o cuando no esté permitido.
En el ámbito de la fotografía documental la manipulación no se entiende, ya que se trata de mostrar la realidad. Hay medios de comunicación y concursos que ponen unos límites y me parece correcto que sea así. Si, por ejemplo, en vez de fotografía documental hablamos de fotografía creativa, collage, etcétera, no creo que el uso de Photoshop genere ninguna polémica. Así que creo que la honestidad con lo que se hace y su fin es la clave para que no haya polémica alguna.
¿Cómo va a evolucionar la fotografía documental en los próximos años?
Se están creando plataformas de contenidos documentales de gran calidad. Creo que el futuro del documentalismo va a ir en ese sentido.
¿Y el fotoperiodismo? ¿Tiene futuro tal y como lo conocemos o va a dar un giro inesperado en los próximos años?
Todos sabemos que el fotoperiodismo no está pasando por su mejor época. Se sigue haciendo fotoperiodismo y de muy buena calidad, lo que ocurre es que estamos viviendo una transición en cuanto a los medios de comunicación para que los reportajes lleguen a la gente.
El fotoperiodismo está evolucionando y se van a encontrar vías para poder financiar la prensa por Internet. Imagino que llegará un momento en que quien quiera ver buen fotoperiodismo pague por ello en diferentes plataformas, básicamente como se ha hecho siempre con los periódicos y las revistas. Es muy triste que los medios que quieren material gráfico para web no valoren el trabajo de los fotoperiodistas y pretendan conseguirlo de forma gratuita.
Foto: Mingo Venero
Foto: Mingo Venero
¿Qué tiene que tener un proyecto fotográfico documental para que te fijes en él y capte tu interés?
Por lo general un proyecto documental lo que más necesita es tiempo. Tiempo para dedicarle, para empatizar con las personas, para hacer crecer el proyecto. Con ese tiempo el reportaje va a tener más peso emocional y seguramente la historia va a estar mejor contada. Cuando un fotógrafo ha dedicado tiempo a un trabajo eso se nota.
Muchos piensan que, por lo general, una buena historia documental tiene que ser dramática. Eso no es cierto, y critican a los fotógrafos por querer mostrar solo miserias, como se suele decir. Quizá lo que ocurre es que a cierta gente le duele y no le gusta ver ciertas realidades. Por eso se suelen recordar este tipo de historias más duras, porque captan más nuestro interés.
¿Y qué tiene que tener una historia para que quieras fotografiarla y darla a conocer al resto del mundo?
Lo fundamental es que me motive de una manera emocional e ideológica. Si no empatizo con una historia, seguro que habrá otra persona que lo contará mejor. También me interesan las historias de superación y denunciar injusticias. En nuestra vida diaria también hay historias que puede ser interesante documentar, historias cotidianas, del día a día. Solo hay que verlas: si se hacen con cariño y dedicación saldrá una buena historia visual.
A lo largo de la historia ha habido grandes maestros de la fotografía documental. ¿Quiénes son tus ídolos?
Ídolos no tengo, ni en la fotografía ni en ningún otro aspecto de la vida. Son personas normales que han trabajado duro por un fin. Eso es lo que podría ser digno de admirar, pero tanto como para que sean ídolos… Hay trabajos documentales admirables, eso también.
Tengo muy mala memoria para los nombres, tanto de fotógrafos como de trabajos documentales. Seguro que por Internet se encuentran las listas de los fotógrafos y trabajos documentales más representativos de la historia, y esas listas seguro que son más fiables de la que yo pueda dar. Ya he nombrado a Koudelka, pero hay muchos otros.
Foto: Mingo Venero
Foto: Mingo Venero
¿Cuándo sabe uno el momento en el que dar carpetazo a una historia y empezar una nueva?
Esto es algo que es muy complicado de decidir en determinadas historias. Hay reportajes que tienen un principio y un final porque se producen en un determinado espacio de tiempo, pero la gran mayoría de las historias que se suelen documentar se podría decir que no tienen un final, o que por lo menos no es cercano. Ahí el fotógrafo es el que tiene que decidir cuándo cerrar un reportaje y pasar a otro o retomarlo con el paso del tiempo.
El caso de mi proyecto "Errantes por un sueño", por desgracia, es un reportaje cuya historia jamás va a acabar. Siempre va a existir migración clandestina mientras exista tanta desigualdad en el mundo, lo que provoca hambre, enfermedades, guerras... entre otras cosas. Se podrían contar pequeñas historias con principio y final dentro de la migración clandestina, pero el tema principal no va a tener final.
Lo de contar historias a través de la fotografía, ¿es algo innato o se aprende a golpe de obturador?
Imagino que el proceso de cada persona puede ser diferente. Hay fotógrafos importantes que vienen de familias de fotógrafos, otros que tomaron la fotografía a mediana edad, otros que primero estudiaron en escuelas de fotografía… Lo que sí que he notado es un rasgo común en los fotógrafos documentales: son buena gente, así que algo deben llevar dentro para decidirse a contar historias. Siempre digo una frase a mis alumnos: aprender se aprende en gerundio. Es decir, que a fotografiar se aprende fotografiando.
Foto: Mingo Venero
Foto: Mingo Venero
Algunos fotógrafos se interesan por las historias para conocer el final de las mismas, otros quieren disfrutar del viaje y aprender algo nuevo. ¿Con qué te quedas tú?
Me quedo con las personas que he conocido y con las experiencias vividas. Me interesa mostrar y comunicar, y sobre todo después de ello me quedo con la esperanza de llegar a remover las conciencias de la gente, sobre todo de las que tienen el poder para cambiar las cosas para que en todo el mundo se pueda vivir de una manera digna. ¿Una utopía? Creo que no.
¿Qué te ves haciendo dentro de diez años? ¿Seguirán existiendo las cámaras de siempre o iremos todos con las Google Glass?
¡Sí, y todos iremos en naves espaciales! No, pienso que las cámaras seguirán existiendo por muchos años; nosotros no las veremos desaparecer. ¿Qué estaré haciendo dentro de diez años? No sé lo que voy a estar haciendo dentro de dos meses… Espero que de aquí a diez años pueda seguir decidiendo lo que quiero hacer, que pueda seguir haciendo lo que me gusta.
¿Algún consejo para aquellos que quieran seguir tus pasos?
Que me adelanten por la izquierda, que yo voy despacito. En la era de la inmediatez en la que vivimos un buen consejo sería dejar reposar un poco las fotos, analizarlas, reflexionar y después mostrarlas.
Por otra parte, el error principal que he cometido es no moverme más por el mundo, así que mi consejo es que viajen todo lo que puedan.

Artículo publicado en www.quesabesde.com

10 grandes precursores de la Street Photography


10 Grandes precursores de la Street Photography


Llámesele fotografía callejera o street photography, el fuerte impacto que está teniendo en la actualidad esta disciplina podría parecer una moda pasajera si no fuera por las raíces tan sólidas en las que se asienta. Algunos de los fotógrafos más influyentes de la historia contribuyeron con sus aportaciones a definir un género con unos límites muy difusos. Fotógrafos como Henri Cartier-Bresson, Vivian Maier o Garry Winogrand, con su forma de entender la fotografía y su aproximación a la vida cotidiana, hicieron de la street una manera de fotografiar con multitud de planteamientos e infinidad de posibilidades visuales.
1
Henri Cartier-Bresson (1908–2004)
Foto: Henri Cartier-Bresson
Uno de los fotógrafos más influyentes de la historia -considerado el padre del fotoperiodismo-, en las imágenes de Cartier-Bresson se advierten muchas de las características inherentes a lastreet photography. Su teoría sobre el momento decisivo es su sello más personal y aporta el elemento de la espontaneidad, clave en el género.
La capacidad instintiva de este francés para encuadrar en décimas de segundo le valió algunas de las instantáneas más icónicas del pasado siglo. Por lo general se trata de fotografías que llegan al espectador por la sencillez de las formas y la efectividad en el uso de las líneas.
En gran medida, la street photography le debe a Cartier-Bresson el interés por capturar la belleza de las escenas más cotidianas que toman fuerza por sí mismas.
2
Robert Frank (1924)
street photographyFoto: Robert Frank
Es el gran valedor de la street photography como recurso para contar una historia. El mensaje de su mítico libro “The Americans” es una crítica de la sociedad norteamericana de posguerra que en parte se sustenta en las formas. Y es en este punto donde el granito de arena de Frank se convierte en una montaña.
El suizo utiliza encuadres con una gran tensión en muchas de sus imágenes: corta personas y elementos importantes, tuerce el horizonte, esconde rostros, fotografía a personajes movidos, desenfocados o que nos dan la espalda… Incluso mantiene la atención fuera de la propia fotografía. Con todo ello consigue involucrar al espectador para que éste interprete la escena.
Si bien es verdad que el trabajo de Frank vale mucho más que la forma en que nos cuenta “The Americans”, no es menos cierto que su aproximación a un tema tan difícil rompió los moldes con que se fotografiaba personas en ambientes públicos.
3
Lee Friedlander (1934)
street photographyFoto: Lee Friedlander
Al contrario que Cartier-Bresson, la fotografía de Friedlander se caracteriza por ser más compleja. En efecto, el estadounidense no se preocupa por simplificar la escena eliminando elementos, sino todo lo contrario: la complejidad es su principal marca.
Friedlander es uno de los contribuidores más importantes en la evolución del género. Primeramente con una especie de caos muy particular, con composiciones difíciles y llenas de capas que se superponen (en ocasiones los objetos en primer término tapan a otros objetos aparentemente más importantes).
Pero además incluye sin rubor su propia figura -algo transgresor de por sí en la fotografía y más aún en esta disciplina-, bien sea en forma de sombra, en un reflejo en un espejo o incluso saliendo directamente dentro del encuadre. En algunas ocasiones su silueta es un reflejo tenue -pero importante- en un escaparate con otros personajes tras él o reflejados en él. Éstas son algunas de sus fotografías más características.
Otra de sus aportaciones es la fotografía sin personas. En este terreno Friedlander trabajó sobre todo con paisajes urbanos llenos de elementos típicamente americanos, así como interiores de casas. En ambos casos con una presencia humana implícita.
4
Vivian Maier (1926-2009)
street photographyFoto: Vivian Maier
La historia de esta fotógrafa estadounidense es tan atípica como extraordinario su descubrimiento. Vivian Maier trabajó toda su vida como niñera, pero su verdadera pasión era la fotografía. Sin embargo jamás se lo contó a nadie: fotografiaba para sí misma y nunca mostró sus instantáneas a familiares ni amigos.
Debido al impago de los gastos de almacenaje, en 2007 algunas de sus pertenencias salieron a subasta en Chicago. El cineasta John Maloof se hizo con aquel material por menos de 400 dólares: unos 100.000 negativos -una cuarta parte de los cuales sin revelar- que poco después desvelarían a una de las mejores fotógrafas de la segunda mitad del siglo XX.
Maier fotografió en blanco y negro, principalmente en medio formato, y en color con película de 35 milímetros. En su ingente obra hay lugar para infinidad de situaciones, aunque sin duda la street photography es el género predominante.
Posiblemente el legado más importante de Maier es la espontaneidad, un valor muy importante si tenemos en cuenta que fotografiaba muy de cerca escenas con una Rolleiflex. Observando los negativos, llama la atención que en la mayoría de los casos tan solo realizaba una toma, lo que da una aproximación de su sentido de la intuición, vital para captar escenas fugaces del día a día.
Su trabajo en color, más tardío, conserva intacto su sentido de la espontaneidad como rasgo principal, pero sus fotografías son más cómicas. En ellas Maier da una importancia capital al color y toma interés por los detalles más impersonales.
Pese a que Maier tomaba imágenes para sí misma, por el puro placer de fotografiar, de la solidez de su archivo se desprende un gran conocimiento del estado de la fotografía en general y del trabajo de otros autores. Además de la belleza en las luces y sombras y del cuidadoso uso de las líneas, su serie de retratos la sitúan en una senda similar a Diane Arbus, mientras que sus autorretratos van un paso más allá de los de Lee Friedlander.
5
Elliott Erwitt (1928)
street photographyFoto: Elliott Erwitt
Ha recorrido el mundo entero fotografiando algunos de los acontecimientos históricos más importantes del siglo pasado, como el encuentro entre Nixon y Kruschev en 1959, o los funerales de Kennedy en 1963. Con su cámara, Elliott Erwitt también inmortalizó a personajes de la talla de Marilyn Monroe y el Ché Guevara. Con todo, se le considera uno de los street photographers más influyentes.
El de Magnum Photos -agencia que ha presidido en más de una ocasión- es el fotógrafo de las situaciones cómicas por excelencia. Su intencionalidad cargada de sentido del humor aporta a la fotografía callejera la ironía y el punto de surrealismo que muchos fotógrafos posteriores han perseguido.
Gracias a él muchas generaciones de fotógrafos han aprendido a reconocer el potencial que casi cualquier escena cotidiana posee. Con un minimalismo de elementos casi rácano y una búsqueda constante e intencional del mejor punto de vista, este estadounidense nacido en Francia parece reírse de la vida en cada instantánea.
Su cuerpo de trabajo incluye, además, dos de los leitmotiv más prolíficos en la street photography: los perros y los museos. Precisamente las series caninas de Erwitt forman parte de su obra más conocida porque reflejan el lado humano de estos animales.
6
Joan Colom (1921)
street photographyFoto: Joan Colom
Como Vivian Maier y salvo por algún intento frustrado, Joan Colom no fue profesional de la fotografía, pero igual que la norteamericana su legado en la street photography tiene mucho de intuición. Y es que la maestría en este género tiene mucho que ver con la manera en que se mira la vida y la intencionalidad con que se fotografían sus hechos cotidianos. ”Yo hago la calle”, asegura, y de sus propias palabras se adivina que su trabajo se centra precisamente en fotografiar ese espacio público, concretamente el barrio chino de su Barcelona natal.
Su mayor regalo a la fotografía callejera es el punto de vista que ofrece de la vida de los bajos fondos. En un doble sentido. Por una parte Colom se centra en los personajes del lumpen que caracterizan el barrio que ha documentado de una forma exhaustiva con el paso del tiempo. Pero además aporta un punto de vista novedoso en sentido literal: la gran mayoría de sus instantáneas están tomadas por debajo de la cintura, sujetando la cámara de forma disimulada, sin mirar por el visor y calculando el encuadre con un objetivo angular de 28 o 35 milímetros.
Esta forma de fotografiar, que puede parecer poco honesta, le permite acercarse mucho a la acción como espectador y no como fotógrafo. El resultado es una acción y unos personajes más espontáneos, sin la injerencia de la cámara.
Tras un largo parón, el barcelonés pasó a fotografiar en color. Como Vivian Maier. Aunque los cambios en su obra son más sutiles, se aprecia una evolución hacia aspectos si cabe más decadentes. Colom, además, no ha perdido ni un ápice de su mirada y savoir faire: sigue colocándose siempre en el mejor lugar.
7
Garry Winogrand (1928–1984)
street photographyFoto: Garry Winogrand
“Odio ese término. Creo que es estúpido y que no dice nada de un fotógrafo o su trabajo.” Así se despacha Garry Winogrand respecto a la etiqueta que se le atribuye de street photographer en el capítulo que le dedica el documental “Contemporary Photography in the USA”, de 1982. La aclaración posterior es una declaración de intenciones al margen de toda etiqueta: “Cuando fotografío no pienso en imágenes. Cuando fotografío veo la vida.” Y ésta es la gran aportación de Winogrand: fotografiar la vida en su estado más puro. La máxima de cualquier fotógrafo del género.
El de Nueva York no era precisamente uno de esos fotógrafos invisibles, al estilo de Cartier-Bresson. Fotografiaba de forma compulsiva, con un 28 milímetros, muy cerca de la gente y en ocasiones parado en medio de la acera frente a los retratados. Muchas de sus imágenes son precisamente fruto de una reacción particular de las personas al ver a un fotógrafo con su cámara.
Winogrand fue posiblemente uno de los fotógrafos más prolíficos: a su muerte, con tan solo 56 años, dejó aproximadamente un millón y medio de fotografías, una parte importante de las cuales quedaron sin procesar y otras tantas solo vieron la ampliadora para convertirse en hojas de contacto. Verle en acción debía ser un verdadero espectáculo.
El fotógrafo y crítico John Szarkowski dijo de él que era el principal representante de su generación, que incluye a Diane Arbus, Robert Frank y Cartier-Bresson, entre otros. Palabras mayores que dan a entender su importancia no solo en la street photography, sino en la historia de la fotografía en su sentido más amplio.
8
William Klein (1928)
street photographyFoto: William Klein
Se trata posiblemente del fotógrafo que más tendencias ha roto, y sin embargo su cuerpo de trabajo en el ámbito de la street photography se mantiene inesperadamente homogéneo (por supuesto, no faltan en su archivo imágenes de corte clásico). Sus series fotográficas en ciudades como París, Nueva York, Roma, Moscú o Tokio se han convertido en libros de culto.
Una de las aportaciones más importantes de este fotógrafo estadounidense viene de su rechazo a dar un paso atrás para contextualizar la escena. Muy al contrario, Klein hace suya la célebre frase de Capa (”Si tu foto no es lo suficientemente buena, es que no estabas lo suficientemente cerca”) y se aproxima a las personas a las que fotografía. Klein se mete en la escena y se convierte en un personaje más de su propia instantánea. De hecho él mismo explicaba que leyó por vez primera la célebre frase del fotógrafo de Magnum tiempo después de aplicarla a su estilo.
Klein aseguró en una ocasión que estaba fascinado por las caras de los transeúntes y eso le llevaba a meterse con su cámara en medio de la multitud. Para ello necesitaba un gran angular (21 o 28 milímetros) que le permitiera incluir en el encuadre a un buen número de personajes y toda la acción que sucedía en distintas capas de la foto. Poco le importaban la distorsión inherente a esas ópticas o el grotesco tamaño que adquirían los sujetos en primer término. Klein, un fotógrafo que siempre ha nadado a contracorriente.
9
Robert Doisneau (1912-1994)
street photographyFoto: Robert Doisneau
Algunas de las imágenes más bellas y llenas de vida del París de posguerra son obra de Robert Doisneau. Se trata de auténticos iconos del género, y sin embargo su fotografía más famosa, la de la pareja besándose con una multitud que los rodea, estaba en parte preparada. Corría el año 1950 y la revista Life le hizo un encargo al francés sobre París como ciudad del amor en la época de posguerra. Era urgente, y Doisneau tuvo que contratar a dos actores -que sí eran novios- para que interpretasen una de las imágenes más simbólicas del amor del siglo XX. Él mismo lo reconoció unos años más tarde.
Si bien es cierto que esto contraviene el principio de espontaneidad y no intervención en la toma, no es menos cierto que ésta es solo una de tantas fotografías y que otros autores destreet photography -como Bruce Gilden- han hecho de la intervención en la fotografía su propia marca. Algo parecido ocurre con la que seguramente es la imagen más conocida de Capa, "Muerte de un miliciano", sobre la que sigue habiendo una importante sombra de duda acerca de su veracidad, y nadie cuestiona ni el valor simbólico de la fotografía ni mucho menos a su autor.
El valor de Doisneau es precisamente mostrar la belleza de la vida en un contexto histórico y geográfico heredero de dos guerras mundiales y una depresión económica. Los elementos que vemos en muchos otros autores son sintetizados por el francés de forma sublime. Son momentos de esperanza, amistad, curiosidad… y por lo general situaciones tan cotidianas como emotivas.
10
Richard Kalvar (1944)
street photographyFoto: Richard Kalvar
La mirada de Richard Kalvar es una de las más atentas e incisivas, y combina en dosis iguales surrealismo e ironía. Todo ello con una composición cuidada en la que esconde elementos, conjuga planos diferentes y escoge puntos de vista en ocasiones poco comunes.
Pocos como el neoyorquino de la agencia Magnum Photos tienen un olfato tan fino para detectar situaciones potencialmente interesantes, y eso se traduce en buenas fotografías. Un par de carteles semejantes parecen bastarle para intuir que algo va a ocurrir de un momento a otro. Sin llegar a la exquisitez de Cartier-Bresson y su instante decisivo, las suyas son fotos que se habrían perdido para siempre de no ser por su particular punto de vista e intención.
El propio Kalvar reconocía que el momento que Cartier-Bresson ve como decisivo no tiene por qué ser decisivo para todo el mundo.
Artículo publicado por Iván Sánchez en www.quesabesde.com