Radio Albayzín

jueves, 10 de abril de 2014

LA FOTOGRAFÍA DE BODAS PURGA SUS DEMONIOS.



Estereotipo. Si hubiera que definir a los fotógrafos de bodas por la imagen que de ellos se tiene seguramente habría que empezar por esa palabra. La fotografía nupcial suele estar rodeada de un festival de tópicos que, por suerte, ya han pasado de moda. O de época, incluso. Flashes de antorcha, iluminación plana y “un disparo por familiar, que hay que ahorrar carrete” son expresiones tradicionalmente asignadas a estos profesionales desde que el tiempo es tiempo. O desde que la gente se casa y quiere fotos.
Como toda especialidad, la fotografía de bodas tendrá sus propios demonios, pero desde hace unos años lucha por purgarlos. Y la reciente cita de BodaF con ponentes de la talla deWalter Astrada o Ryan Muirhead es posiblemente la mejor prueba.

Foto: Eduardo Parra (Quesabesde)
Andrés Parro, gerente de UnionWep e impulsor de BodaF.
Organizado por el colectivo de fotografía de bodas UnionWep y bajo la batuta de Andrés Parro, 16 ponentes y múltiples talleres fueron la excusa para reunir el pasado mes de febrero a más de 200 fotógrafos. Intercambiar y afinar conocimientos y reunirse con compañeros son, según el fotógrafo Luis Lorenzo, los principales motivos para juntarse en Madrid: “Estando aquí te entran ganas de hacer fotos. Es un sitio para ponerse las pilas, muy motivador.”
Así que BodaF –un evento que nació en México y que ya ha cumplido en suelo español su cuarta edición- ha sido la excusa perfecta para echar un vistazo al mundo de la fotografía de bodas. “El gran problema de BodaF es que es muy complicado explicar lo que es y lo que te llevas si no te lo cuenta alguien que lo ha visto”, nos dice Parro. Y tiene razón.Ryan Muirhead en un momento de BodaF.
Nosotros sí nos pasamos por allí. “Los trucos o la forma de trabajar de cada uno los puedes ver en un libro o en YouTube, pero no te puedes tomar un café con esos fotógrafos.”
Pero la fotografía de bodas –o la fotografía en general- no es ya sólo cuestión de sacar fotos o grabar un vídeo. Hay que saber venderlo. Y darse a conocer. Ahí es donde encajan conferencias como las de Ismael El-Qudsi sobre la reputación on-line o la de Enrique del Valleacerca de cómo manejarse con Google y su sistema de anuncios AdWords. O la de Andreas Schou, titulada “Vender más con Facebook”, o los consejos de Pablo Montero para vender un reportaje de boda utilizando un tráiler al más puro estilo fotográfico. Guste o no, ahora ser fotógrafo es también todo eso.
Basta charlar un rato con los profesionales de este sector para entender que ya no estamos ante una disciplina de segunda división. O no al menos si para realizar el sondeo usamos a los fotógrafos realmente especializados y no a quienes se acercan aquí como meros autómatas con ganas de redondear el sueldo tirando unas cuantas fotos. Ésa es la imagen que todavía persiste de este colectivo y con la que se pretende acabar.
“La fotografía de bodas siempre ha sido de tercera categoría”, nos reconoce Parro. “Nadie la quería hacer, pero eso está cambiando.” Modernizar el estilo visual es una pieza clave en este proceso de revalorización.
¿Y la crisis? Aunque esta especialidad no es inmune, son los reportajes de boda de alto copete los que menos están sufriendo. “Hay novios que dicen que para tener unas fotos de mierda ya se las hace su primo, pero si tú ofreces un producto que no te lo puede hacer nadie más, siempre habrá alguien dispuesto a pagar por ello”, explica el fotógrafo Luis Lorenzo. Se puede decir más alto, pero no más claro.
Definitivamente algo ha cambiado. En el estilo y en el trabajo y la labor del fotógrafo. “Ser buen fotógrafo y mal vendedor no funciona”, resume Parro. Por eso ahora el fotógrafo tiene que ser también empresario, experto en marketing, en redes sociales, en atención al cliente… Y luego saber hacer fotos, claro.

Crisis, cambio de estilo… pero, ¿cuál es el origen de estos cambios? El organizador de BodaF tiene una explicación tan sencilla como válida: “La novia de antes veía revistas como Pronto; ahora lee Cosmopolitan y Vogue. Quiere verse como en esas fotos y paga a un profesional que sea capaz de conseguirlo.”
Y para conseguirlo hace falta mucho más que esas poses de siempre, el flash directo o el f8 para que todo el mundo salga enfocado. Clichés que todavía saltan de forma automática al pensar en fotos de boda.
Pero tampoco hay que lanzar las campanas al vuelo. Sigue habiendo falta de compañerismo, miedo y mediocridad, aunque por suerte éstos son casos cada vez más aislados. O al menos ésa es la idea que va calando entre muchos profesionales.
En la imagen superior, Enrique del Valle durante su charla sobre Google y AdWords.
Todavía hay gente a la que le da miedo compartir una foto en Internet por si los novios deciden descargársela en lugar de comprarla o si algún compañero intenta copiar el estilo. De todos modos, por suerte son muchos los que coinciden en que los trucos se pueden imitar pero el estilo es algo personal. “Cada uno tiene su visión personal y eso te lo podrán imitar, pero no te lo podrán quitar”, explica Kepa Fuentes, otro de los asistentes a BodaF.
Fernando Sancho, fotógrafo y ponente de BodaF, está de acuerdo con este postulado: “He venido a contar mi experiencia, a continuar esa generosidad que me han dado otros fotógrafos contándome la suya.” Las nuevas tecnologías han tenido mucho que ver en esta especie de apertura. “Ya no se puede esconder nada”, sentencia el fotógrafo madrileño Jesús Giles.
Donde antes había un libro de estilo del que era difícil escapar ahora hay un arcoíris de puntos de vista y estilos. “La creatividad debe de primar, la técnica debe ir supeditada a una intención. No hay normas de composición, sino intenciones que te llevan a hacer unas determinadas composiciones”, explica Giles.

Problemas que se van diluyendo y que dejan paso a otros nuevos. Si el intrusismo profesional supone una gran amenaza para este sector, la versión familiar ahora también merece atención. Parro nos lo ilustra con una escena que habrá presenciado cualquiera en una boda: “Miro desde el altar y hay siete u ocho cámaras semiprofesionales e incluso profesionales en manos del primo y el amigo de turno.”
Aunque puede haber –y las hay- excepciones, confiar en las dotes fotográficas de alguien sólo por tener una buena cámara es un error habitual y fuente de no pocos disgustos. De hecho, desde BodaF nos confiesan que sus últimas campañas van enfocadas en esa dirección.
Con sus viejos fantasmas alejándose y con sus nuevos problemas acechando, tal vez no sea ninguna tontería acercar la metáfora gastronómica y hablar de una “nueva fotografía de bodas”. Una idea que posiblemente lleva ya un tiempo cocinándose pero que cada vez es más visible.
Repudiados por muchos fotógrafos, los tópicos y los prejuicios autoimpuestos han impedido ver la calidad y creatividad de estos fotógrafos, que quieren dejar de ser, de una vez por todas, los conocidos como fotógrafos de la BBC: bodas, bautizos y comuniones.

Artículo de Eduardo Parra para www.quesabesde.com

martes, 8 de abril de 2014


10 FOTOS DE POLÍTICOS CURIOSAS.

Todo es según el color del cristal con que se mira. Atados al código deontológico de la no manipulación, los fotoperiodistas que apuntan con sus cámaras hacia el poder llevan tiempo afinando el tiro para, sutilmente, insinuar sin enseñar, bordear sin traspasar esalínea roja que es su compromiso con la realidad. Aquí se han reunido una decena de ejemplos de mandatarios políticos cuyas fotografías, bien sea intencionadamente o por pura casualidad, cuentan mucho más de lo que parece a simple vista.
1
Estar pasándolo mal -políticamente hablando- nunca fue tan gráfico como en la imagen tomada por Wilton de Sousa Júnior donde aparece Dilma Rouseff aparentemente atravesada por una espada. Y es que la intención de este fotoperiodista era, en efecto, reflejar el difícil momento por el que atravesaba la presidenta brasileña, jefa de un gobierno marcado por la corrupción. El magnífico ojo fotográfico del autor fue recompensado con el Premio de Periodismo Rey de España en 2012.
dilma roussef
Foto: Wilton de Sousa Júnior (O Estado de S.Paulo / EFE)
2
Un gesto tan común como abotonarse la chaqueta del traje cobra un nuevo significado cuando quien lo viste es Francisco Camps y dos de sus hombres de confianza, Vicente Rambla y Ricardo Costa. El 30 de septiembre de 2009, en pleno escándalo por el denominado “caso de los trajes” de la trama Gürtel que salpicaba al por aquel entonces presidente de la Generalitat valenciana, no hicieron falta palabras para comprender que ese simple gesto, abotonarse una chaqueta, iba casualmente mucho más allá de un gesto mecánico que acompaña el ponerse en pie. Realizada por el fotógrafo de El Mundo Vicent Bosch, la foto caló tanto que fue censurada -junto a otras- por la Diputación en una exposición organizada por la Unió de Periodistes Valencians.
francisco camps gürtel
Foto: Vicent Bosch (El Mundo)
3
Producto del azar o de un sobrehumano ojo fotográfico. Quién sabe. Marc Israel Sellem, del diario The Jerusalem Post, revolucionó las redes sociales hace pocas semanas con una increíble captura donde una caprichosa sombra producida por el dedo del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu hace las veces de pequeño mostacho hitleriano sobre la canciller alemana Angela Merkel durante su visita en territorio hebreo. Incomodidades políticas al margen, la foto fue reproducida en todo el mundo y se convirtió en un fenómeno viral.
angela merkel
Foto: Marc Israel Sellem (The Jerusalem Post)
4
Un fondo negro, una mirada no especialmente risueña y el elocuente gesto de tocarse la corbata se combinaron en una magistral foto de Daniel Ochoa de Olza que ocupó portadas y animó tertulias políticas. Acuciado por una economía que se iba a pique y con una feroz crisis atacando el país, la imagen del presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero sumido en las tinieblas no dejó a nadie indiferente y fue alabada y criticada por todos, incluso por el propio protagonista. Y lo cierto es que ahí hubo más mano izquierda del fotógrafo –él mismo reconoció a Quesabesde el efecto buscado con el golpe de flash- que casualidad.
josé luis rodríguez zapatero
Foto: Daniel Ochoa de Olza (AP)
5
Una imagen vale más que mil palabras, pero sin duda algunas veces necesitaríamos más de mil palabras para entender qué demonios pasaba cuando el fotógrafo apretó el botón. Es el caso de esta instantánea obtenida durante una entrega de medallas del príncipe Carlos de Inglaterra en una base militar en 2012. Difundida por los tabloides británicos, derivó en todo tipo de bromas a costa de un galán cuyo affaire extra matrimonial durante tres décadas con Camila Parker Bowles –sazonado con picantes cartas de amor- será recordado por mucho tiempo.

6
Otra oportuna foto en la que nudos de corbata y apuros convergen de forma fatal para los retratados. Lo supo ver el fotógrafo de El Periódico de Catalunya Juanma Prats, que con esta imagen del rey Juan Carlos y el príncipe Felipe ajustándose un nudo alrededor del cuello en plena crisis Urdangarin les dio la portada ya hecha a los responsables del rotativo. Y todo sin darle un solo argumento a la Casa Real para levantar el teléfono.
Foto: Juanma Prats (El Periódico de Catalunya)
7
Medio mundo se rió de ella y al otro medio le dio igual, pero a su protagonista no le hizo nada de gracia. El difunto presidente de Venezuela Hugo Chávez protagonizó una curiosa imagen, tomada por Lula Marques en Brasil, donde un buen ojo a la hora de desenfocar el fondo y encuadrar la imagen le convirtió en una suerte de ratón Mickey. Enemigo acérrimo de Estados Unidos, convertirle en uno de los iconos yankees por excelencia fue considerado por el régimen bolivariano como un intento de burla y una humillación y fue tildado incluso de terrorismo mediático.
hugo chávez
Foto: Lula Marques (Folha de S. Paulo / Reuters)
8
¿Miraba al suelo o miraba lo que todo el mundo dio por hecho que miraba? Cría fama y échate a temblar, debió pensar Silvio Berlusconi cuando se vio reflejado en una instantánea tomada por el fotógrafo de AFP Andreas Solaro donde su mirada converge en la zona del cuerpo que ya no es espalda de la nadadora italiana Federica Pellegrini. Fue durante un acto de su partido en Roma en 2009 ante un público joven, donde no dejó escapar la ocasión para soltar una de sus habituales bromas salidas de tono: “Aceptaré preguntas de los chicos, pero de las chicas me gustaría tener su teléfono.” La inconfundible rúbrica de un primer ministro que será recordado sobre todo por sus hedónicas fiestas rodeado de veline.

silvio berlusconi
Foto: Andreas Solaro (AFP)
9
¿La troica asfixiando a España? Si en la mayoría de los casos tratados en este decálogo el doble sentido hay que buscarlo, en esta escena de marzo de 2012 que captaron varias cámaras –también de televisión- lo que es complicado es no asumir que la imagen resultante era un fiel reflejo de la realidad: la de una Unión Europea asfixiando a España en plena crisis. Al final, eso sí, el ministro de Economía español Luis de Guindos salió vivo y el estrangulamiento sólo fue una simpática broma del por aquel entonces presidente del Eurogrupo Jean-Claude Juncker.
luis de guindos
Foto: AP
10
A principios de 2009 el presidente ruso Vladimir Putin y la primera ministra ucraniana Yulia Timoshenko entablaron conversaciones para tratar de poner fin a la crisis del gas que Rusia había iniciado por el giro pro europeo de la antigua república soviética. Y qué mejor forma de poner fin a la tensión que con las sonrisas que causó esta fotografía, en la que un simple gesto de acompañamiento se transformó gracias a la perspectiva en un guiño subido de tono. Aunque, visto el devenir de Timoshenko, la lectura de la imagen vendría a ser muy distinta: la “dama naranja” sería acusada en 2011 de un supuesto delito de abuso de poder por este acuerdo y condenada a siete años de prisión –de los que cumplió dos años y medio tras su reciente puesta en libertad-, en una maniobra en la que siempre ha planeado la sombra del hoy depuesto presidente pro ruso Viktor Yanukovich.
Artículo publicado por Eduardo Parra en www.quesabesde.com

lunes, 7 de abril de 2014

EL CARRETE CREA MEJORES FOTÓGRAFOS

El otro día llegó a mis manos, de pura casualidad, “Fotografía digital de alta calidad”, de José María Mellado. Ante mi sorpresa leí cómo un ferviente defensor del digital como es él ponía miles de analogías con el cuarto oscuro a lo largo del libro. Tal vez sea verdad eso de que es más fácil saber adónde se va si se sabe de dónde se viene. En vista de ello, sostengo la siguiente afirmación: un año entero disparando con película en blanco y negro crea mejores fotógrafos. Una idea que quien esté empezando o quiera mejorar su técnica fotográfica puede tomarse como una propuesta. Ahí va el porqué.
Para empezar, este ejercicio ayuda a interiorizar la técnica. Disparar con una cámara de película en modo manual obliga a asimilar los conceptos de sensibilidad, velocidad y apertura, tres valores sobre los que sustenta absolutamente toda la técnica fotográfica. Al no ver el resultado inmediatamente, antes de hacer la foto tendremos que previsualizar el resultado sin poder confiar en el método del prueba-error que nos brinda la pantalla. Y nada mejor para ello que llegar a entender qué genera la alteración de cada valor.
En segundo lugar, así aprenderemos la luz. La fotografía en blanco y negro se basa sólo en la presencia o la ausencia de luz. Ahora bien, fotografía significa literalmente “dibujar con luz”, y disparar en blanco y negro nos hará entender a la perfección cómo se comporta esa herramienta con la que vamos a dibujar. Podríamos incluir el color, pero estaríamos metiendo otra variable y esta propuesta se dirige a quien quiere mejorar. Y quien quiere aprender a volar, primero debe aprender a caminar.
El instante decisivo es la tercera razón del porqué de este planteamiento. Quienes hayan probado sólo el formato digital se sentirán muy limitados con un carrete de sólo 36 fotos. Mucho. Podemos llevar más carretes, claro, pero… ¡ay, si el “instante decisivo” nos coge cambiando el rollo! Si hay una forma de entender ese instante decisivo, es sabiendo que no podremos encontrarlo en algún lugar entre la ráfaga de 20 fotos que hemos tirado. Tendremos que estar listos y sólo entonces disparar.Dicho todo esto, lo ideal sería disparar un carrete a la semana -si son más, mejor-, revelarlo y hacer contactos. Lo pertinente sería apuntar en una libreta los datos de cada foto (apertura y velocidad) para así poder entender el resultado. Los contactos son importantes, pues nos dejarán ver cuál ha sido nuestro “camino”. También estaría bien que de cada carrete revelado hagamos una copia de aquella foto que más nos haya gustado.
En cuanto a la cámara, valdrá cualquiera que permita disparar en modo manual. Recomendaría encarecidamente usar alguna focal fija y luminosa -el siempre barato 50 mm f1.8 es una buena elección- al no poder variar la sensibilidad salvo que cambiemos de carrete.
Desde luego no será barato. Cada uno puede echar sus cuentas de cuánto costarán los carretes y el revelado, pero debo decir que las mías, a lo largo de un año y disparando un carrete a la semana, no superan los 800 euros entre carrete, revelado y hojas de contactos. No incluyo el coste del equipo, aunque si no tenemos una cámara, las de película, además de económicas, apenas pierden valor de reventa. Sí, parece caro, pero, ¿cuánto cuestan una cámara digital y un curso de fotografía?
A muchos les resultará absurdo verse tan limitados. Sin embargo, el límite nos da horizonte y el mero hecho de estar ilimitados puede hacernos sentir perdidos al no tener un marco de referencia. Como quien deambula por el desierto, que por el mero hecho de poder ir a cualquier lado no sabe adónde dirigirse.
Vernos frente a las limitaciones que nos dará el carrete puede ayudarnos a aprovechar nuestros recursos y aprender a usarlos correctamente. Es precisamente debido al factor psicológico que conlleva esa limitación que este proyecto no podría llevarse a cabo sencillamente disparando durante un año en modo manual con una cámara digital.
Esta propuesta a muchos les parecerá una locura. Pero un año no es tanto tiempo. Pensemos en esta idea como el típico proyecto fotográfico de “una foto al día” pero extrapolado a “un carrete a la semana”. Desde luego, pocos estarán dispuestos a llevar a cabo este cometido, y de los pocos que lo hagan, los menos conseguirán terminarlo. Pero si alguien se anima a hacerlo, apuesto a que al finalizar el año lo agradecerá.
Artículo publicado por Cristobal Benavente en www.quesabesde.com